Un día nuestros fantasmas
Un día nuestros fantasmas
los fantasmas de todo el universo
van a ajustarle cuentas a la historia,
van a ajustarle cuentas a la historia.
El fantasma del más desconocido
de los asesinados
de aquel que tuvo madre y hermanitos,
que iba en su bicicleta o en su burro,
en busca de victorias y herramientas
de pan y clavos para un nuevo uso,
en busca de victorias y herramientas
de pan y clavos para un nuevo uso.
Su rostro, su nombre y su apellido
yacen en el olvido,
yacen en el olvido.
Un día nuestros fantasmas...
El fantasma de un hombre con su perro,
rodando sierra abajo
después de cortar palo y rajar tierra,
después de un hijo muerto sin zapatos,
después de mil satélites y fiestas,
después de mil manifiestos sagrados,
después de mil satélites y fiestas,
después de mil manifiestos sagrados.
Su rostro...
Un día nuestros fantasmas...
El fantasma de una mujer inútil,
corazón de cazuela,
juguete del altar y los disgustos
anchándose el dolor y las caderas
para recolectar un negro fruto,
comida de chiquero y pajarera,
para recolectar un negro fruto,
comida de chiquero y pajarera.
Su rostro...
Un día nuestros fantasmas...
Los fantasmas de los más desconfiados
de la vejez del tigre,
los que fueron deshechos a traiciones,
los que muriendo se inmortalizaron,
serán la palidez de los traidores:
ya rugirá la voz del traicionado,
serán la palidez de los traidores:
ya rugirá la voz del traicionado.
Su rostro...
Un día nuestros fantasmas...
no hace falta que sean camaradas,
basta con compañeros en la muerte,
basta con compañeros en la muerte.