Yo soy un grano de arena,
una hoja más en un árbol
y cada ola me enseña
y cada brisa trae algo.
No he visto todas las tierras,
no he visto todos los mares,
pero he sentido la guerra
silbando por todas partes.
Cuando nací me dijeron:
naciste por la esperanza.
Así le digo a mi hijo
y parto hacia la matanza.
Quiero que pare la muerte,
yo quiero que pare el frío
para poder dedicarme
a flor, a viento y a río.
El mundo me dio las manos,
dos reinos que hacen suerte.
Llevo una flor en la diestra
que es el reino de la muerte.
De amor yo vivo y de espada,
de boca y puertas abiertas.
Hay que vivir de una bala.
Hay que morir de una fiesta.
Qué duras son esas noches
en que queremos ser buenos
y hay que matar sollozando
y hay que morir sonriendo.