Pablo
Te conocí rasgando el pecho de la muerte un día
Tú no sabías nada y eras tú quien la llevaba
De la mano (2)
Y así tú seguirás sin reparar en tu ventaja
Que eres tu quien la lleva quien la doma y al amortaja
Caminando, caminando.
Eres un espacio que se vuelve
sin espina y que se pierde
En la alegría de volverse
pero ya tu voz se está quedando
Ya tu mano está grabando
todo un nombre con sus dientes
Quién que no haya visto la tristeza
con sus cuatro mil cabezas
Puede oírte con descanso
Quién que no haya amado largamente
Y convivido con lo extraño
De este tiempo sin remanso
Te conocí pegado a la pared del cielo un día
Ibas llevando entonces bajo el brazo una guajira
Y caminando, caminando.