Haces bien con irte lejos
de las paredes pintadas
que se conocen tus hombros,
mis besos, nuestras miradas.
Haces bien: tocaste el cielo,
tienes azul en la cara.
Haces bien. No te confíes
ni aunque te bajen estrellas,
pues para cada milagro
hay su respuesta correcta.
Haces bien: nunca te fíes
de la mar y de la arena.
Hace años esta historia
me hubiera invitado a escupir
las sagradas costumbres,
la familia, la sopa,
a poner lazos blancos
en piel de la derrota,
pero ya sé que es duro
cambiar un claro amor
por otro oscuro.
Haces bien con irte lejos,
a la Casa de las Novias,
al bufete colectivo,
al carro fúnebre tocando,
anunciando a la ciudad
la casi melodía
de tu primera noche de amor
a sangre fría,
amiga mía.
Haces bien este domingo
con irte y no aparecerte,
que el edificio está lleno
de sueños donde caerse.
Haces bien: déjate el pelo
como mejor te parece.