Hubo un país hace mil años una vez,
que andaba mal porque no había que comer.
Entonces vinieron profetas a enseñar
con muchos libros que había que estudiar.
Todo se leyó,
todo se aprendió
del sueño que había en los libros.
Palabra a palabra
las herramientas fueron olvidadas
por la fantasía.
Pero después
no se sabía como arar.
Pero después
no se sabía amartillar.
Pero después
no se sabía ni coser.
Porque después
las herramientas depreciaron
a los hombres.
Hubo un país hace mil años una vez,
que aprendió la gran lección de subsistir
y poco a poco fue sabiendo como usar
cada máquina para poder llegar.
Todo se sembró
después de aprender
que el mundo se alcanza sudando
segundo a segundo.
Y el sueño al lado de las herramientas
para repararlas.
Lo que cambió
la realidad fue trabajar.
Lo que cambió
la realidad fue aprender.
Lo que cambió
la realidad fue discutir.
Porque la vida no es un sueño
y los sueños, sueños son.