Al borde de una laguna
Tres brujas montan caldero
Y baten un mundo espeso.
Una le pone la luna,
Otra sangre de cordero,
Y otra los últimos besos.
De Camelot vuelan señales
En los dragones y los cuernos
Y hay un silencio de animales
Mientras se anuncian los infiernos.
El odio al otro es nuestra suerte
La sangre ajena es nuestra viña
Cuando profanen y den muerte
Seremos aves de rapiña.
Los contrahechos del norte
Y un enano de alcahuete
Sádicos abominables.
Reclutan tribus y cortes
Para gestión de grilletes
Y corazones de sables.
Y una vez más como tragedia
Ronda el olor a carne rota
De calabozo de edad media
Donde callaban al ilota
Y una vez más contra el impulso
De besar y abrazar a gentes
Ceder al último recurso
Ojo por ojo, y diente a diente