En una nube viajera
que llegará adonde tú
te mando desde Moscú
mi amor hasta Venezuela.
He conseguido una vela
de viento y agua del norte
pues no piden pasaporte
a un mensaje tan ligero
pero me temo que el cielo
tampo co me lo transporte.
Seguro los elementos
tampoco comprenderán,
quién sabe si llegarán
a caer en su momento.
Quizás un maldito viento
contrarrevolucionario
deje mi amor en el radio
de un palacio, de un convento.
No debo dejarlo al tiempo,
lo deben decir mis labios.
Y aquí me ves construyente
cantando en vez de volar
y no puedes escuchar,
no es porque yo no lo intente
otras luces en mi frente
-caminos vírgenes, largos-
llenos de sueños y dardos,
canciones de mucha gente
hacen mi amor más valiente
cuanto más me sabe amargo.