Doce
¿Qué sabrá mi niño de doce olas
que no se posaron junto a la arena?
¿Qué sabrá mi niño de doce olas
que cogían camino al coger vereda?
¿Qué sabrá mi niño de doce olas
que no se rompieron en el peñasco?
¿Qué sabrá mi niño de doce olas
que volaron tras empujar su barco?
Los niños conocen la edad del cielo
y lo que a los viejos se nos esconde,
y querrán tener más calor que el fuego
porque hubo una bala por cada nombre.
Creo que no bastan doce retratos,
creo que no basta el manual de historia,
creo que no basta cantar a ratos,
creo que no basta con la memoria.
Creo que no bastan las cicatrices,
creo que no bastan los juramentos,
creo que no basta con ser felices:
basta el continente de monumentos,
sólo el continente de monumentos,
basta el continente de monumentos.