Mi pequeña tórtola que volando leve de mí te alejaste, tu imagen retorna una y otra noche a oprimirme el sueño. En razón de amor me desasosiego y estoy esperándote, aún siendo recóndita es intolerable esta mi dolencia.
Porque eres cruel ando trajinando enfermo y febril; después de acunar el tibio cariño que juntos vivimos emprendiste el vuelo: aquí me dejaste, tornándome huérfano, vagabundo y solo, sumido en tristeza desde aquella vez.