¡Qué cometa mi estrella qué estrella mi cometa! –de tanto que brilla en el cielo parece una doncella desnuda.
El centelleo que hiere mis ojos son sus pechos cuando se inclina: si hace del escollo un espejo perlea en la arena fina. Desde mi barca doy al cordel toda su medida.
Y el ala clara, sesteante, de la garza que pasa y chilla. ¡Oh, su flanco rosa y plateado, y la trenza que se desata! ¡Volar como golondrina al viento! ¡Cabello suelto de la amiga! Amiga del dulce tobillo.
–Como una vela se encarama aspillera de pájaro: si alargo el brazo, vacila. Caminante a orillas del mar ruega por los marinos que regresan; si ven el cometa danzar mueren de tanto suspirar. Caminante, sube a mi bote que está liberado del dolor pero no digas ni una palabra si no quieres perder la vida. Caminante, no hables, no, que la marejada se acerca, y mira que te tomará el amor señor –que el marinero ya suspira. ¡Qué cometa mi estrella qué estrella mi cometa! –de tanto que brilla en el cielo parece una doncella desnuda.