El rumor del mar en el alba y una playa llena de algas que irán secándose al sol. El sabor salado de las rocas y el vuelo tranquilo de las pocas gaviotas que entran en el puerto. Las barcas que por la mañana vuelven, las redes que en el muelle duermen y las viejas calles empedradas. La iglesia humilde y pequeña y entre la niebla, perdida, lejana y gris, la ciudad. Me hablan de Marta... Las blancas casas del pueblo y el hombre viejo que canta coplas mientras va vendiendo pescado, y la mujer que con desgana mueve entre sus manos la lana. (Quién sabrá qué es lo que teje). El castillo, la isla pequeña, la cueva, el faro y la ermita y los amigos de otro tiempo y el reloj que no anda y estos niños que en la arena han encontrado su calle. Me hablan de Marta... Las horas vacías que pasan y el camino que me lleva a casa después de mucho caminar. Cada mueble y cada libro, cada rincón donde juntos vivíamos momentos como nadie sabe.
Mis manos y mis labios que de su sabor viven ávidos sin poderlos olvidar. Las largas noches sin luna, las olas y cada una de las luces que hay en el mar. Me hablan de Marta...