¿Dónde está la salvación que, mortal, buscas?
¿de qué pediré perdón?
No me importa, si en mi vida ni hay remedio, ni entra dios.
Me importa ser siempre yo: mis dioses, colores son.
¡Cuánto gano!, y sin contar las pagas extras.
¡Cuántas horas! Y sin vivir.
No me importa: todo el día trabajando de cabrón.
Me importa que salga el Sol: no cobran, y es lo mejor.
¿Dónde está vuestra moral, que nunca entiendo
por más vueltas que me doy?
No me importa; follo con mucha alegría y con placer.
Me importa tenerte a ti. Sin normas, no hay que fingir.
Subo al cielo desde un ciego,
aunque no haya quién me entienda.
¡Pobrecitos! ¡Ya soy rico!
Ahora tengo quien me entienda.