A deshora, me levanto
de la cama sin nada que hacer;
me declaro insuficiente,
y siempre fuera de la ley.
Y a cuidarte, despacito,
y a espantarte las moscas con miel
me dedico, y estate al quite
por si acaso hay que correr.
Despistado, descosido,
estoy cansado, no he dormido,
y cada día me gusta un poco más.
A tu lado he aprendido,
Y ¿qué ha pasado? —que me he perdido—
y cada día me gusta un poco más.
Voy caminando
y pienso en no pisar ni una amapola;
ella, entretanto,
duerme casi casi siempre sola.
Y si arreglo, y si encuentro,
y al volverte de nuevo a mirar…
y si te falto hasta la muerte,
¡pues ojalá que haya algo más!
Y al mirarte, a frenarme,
negociar, darle gas y a correr.
y al rebufo quiero ir, de tu manera de pensar;
si no preguntas: —¿dónde vas?