Su herida golpead de vez en cuando
No dejadla jamás que cicatrice
Que arroje sangre fresca su dolor
Y eterno viva en su raíz el llanto
Y si se arranca a volar, gritadle a voces
Su culpa: ¡Qué recuerde!
Si en su palabra crecen flores nuevamente
Arrojad pellas de barro oscuro al rostro
Pisad su savia roja
Talad, talad, que no descuelle el corazón
De música oprimida
Si hay un hombre que tiene el corazón de viento
Llenádselo de piedras
Y hundidle la rodilla sobre el pecho
Pero hay que tajar noche
Tajos de luz para llegar al alba
Y acuchillar los muros de las heridas altas
Y ametrallar las sombras con la vida
En las manos
Sin paz
Amartillada
Tengo más vidas que un gato
Me muero siempre y me mato
Un poco, cada vez que muere
Cualquiera de mis hermanos
La yerba, ratones, las tías, los gitanos
Los peces, los pájaros, los invertebrados
Las moscas, los niños, los perros, los gatos
La gente, el ganado, los piojos, que mato
Los bichos, salvajes, los domesticados
Y qué pena si mueres de los pobres gusanos
Tú arranca
Yo oigo gritar a las flores
Allá tú con tu conciencia
Yo soy cada día más malo
Estoy perdiendo la paciencia
Tú arranca
Yo aprendo como aguilucho
Vuelo a un mundo imaginario
No puedo seguir, escucho
Los pasos del funcionario