AHOPEAN
Si resulta que es cierto
y te ha mirado
y te ha hecho hacia el catre
un claro gesto,
no te pongas cardíaco
y date preso.
Tranquilo, y déjate hacer.
Ve y visita con sosiego
sus más cálidos jardines
y agradece en cuanto vale
el regalo fugaz
de su hermosura.
Y una vez entre las sábanas
que no se te ocurra
portarte como un hombre.