Por delante de mi casa
cada día pasas tú.
Con tu perro y con tus compras,
con tu camiseta azul.
Corres rápido en la entrada,
llamas al mismo ascensor,
te pregunto:
"Hola, ¿cómo estás?"
Dime a dónde vas,
tan encantador,
quizás me engañarás,
con la pasión y pétalos de rosas
sin piedad,
pero no importará,
porque te quiero a ti,
que estás ahí,
en la puerta de al lado.
Me sorprendo incluso a mi
y si me contento es sólo por azar,
a escondidas miro hacia ti,
el trébol de tu boca lo quiero para mi.
Te he buscado en todas partes
y estabas aquí.
Dime a donde vas,
así de encantador,
que me disfrazarás
la realidad de fábulas.
Un cómplice ideal
y no lo sabes ya,
que un día me querrás,
me esperarás,
sé que estarás,
en la puerta de al lado.
En la puerta de al lado, uuuh.
Y tu único defecto
es no despertarte junto a mi.
Dime a dónde vas,
así de encantador,
que me seducirás,
con la pasión y pétalos de rosas
de cristal,
con esa ingenuidad,
sé que tú estarás, me buscarás, me encontrarás,
en la puerta de al lado.
Donde te he encontrado.
¿A dónde vas tú?
En la puerta de al lado.
Me pregunto si tú existes.
(Gracias a Lledó Rafols por esta letra)