Tuve,
tuve un tiempo más que bello;
tiempo
que mis manos deshicieron...
Mis manos le cerraron
las puertas a la dicha
y ya no está su voz
ni están los dulces besos
que en horas malheridas
calmaban el dolor.
Tuve,
todo el cielo cerca... cerca;
tuve
el incendio y el jazmín.
Solo,
igual que tantas otras veces,
no alcanzo a ver muy claro ahora
por qué elegí el final de siempre.
Tuve,
el buen amor, la luz celeste,
el beso ardiendo en mi ansiedad,
la copa que mi sed
saciaba de verdad
y alguna vez quebré.