Al alba abrí las puertas de mis horas;
al alba fuiste tú:
promesa y luces...
Y ahora están abiertas a un abismo,
el más profundo y gris,
porque me huyes.
Acaso llegue a ti mi voz en tango,
en ella va una lágrima y un beso;
la lágrima por ti,
porque te amo,
y el beso porque en él te pierdo menos.
Mientras viva...
Mientras viva serás mi único anhelo
y ese tiempo de nardos que murió.
Antes hubo un sol en mis inviernos
y el río dialogaba con tu nombre;
antes el azúcar de tus besos
la boca me endulzaba día y noche.
Mientras viva...
Mientras viva estarás en mi desvelo
porque fuiste, ai final, mi único amor.
Recuerdo que una vez los dos juramos
morir por ese amor
que nos ataba,
que entonces era un tiempo de sonrisas
en la pobreza azul
de nuestra casa.
No llora porque sí mi tango nuevo,
estás en su existencia y en la mía;
hoy hice para ti
sus pobres versos
que duelen casi más que mis heridas.