Estabas en mis horas
y en mi amor;
fuiste el alba en mis angustias,
mi canción...
Y hay no estás aquí,
tibia flor deshecha en un adiós.
Pero aunque no estés
no te irás
de mi fe.
Nunca,
nunca te olvidé
y acaso, al fin,
jamás te olvidaré.
Antes tuve un tiempo de jazmines
con tus manos en mis manos
dialogando en un temblor.
Nunca,
nunca te olvidé,
mi ausente sol,
mi amado sol también.
Llueve y por la calle, lentamente,
dlbujándote en mi afán
te vuelvo a ver.
(coda)
Te vuelvo a ver, te vuelvo a ver.