La dicha y el dolor,
dos viejos barrios...
Yo fui vecino
de esas dos barriadas;
vecino de la dicha en esos años
tan dulces y serenos de la infancia,
cuando el alba estallaba a cada rato
sobre el humilde patio de mi casa.
La dicha y el dolor,
dos viejos barrios...
Yo fui vecino de esas dos barriadas;
vecino de la dicha entre dos hijos
que Dios le fue sumando a mi esperanza
aunque lejos de mí hayan crecido
porque no siempre el sol da en la ventana.
La dicha y el dolor,
dos viejos barrios...
Yo fui vecino de esas dos barriadas;
vecino del dolor cuando mi padre
se fue sin un adiós... de madrugada,
y después, ya muy lejos de su viaje,
cuando creció su alma en la distancia.
La dicha y el dolor,
dos viejos barrios...
Yo fui vecino de esas dos barriadas;
vecino del dolor en esta hora:
no tengo ya las manos que me amaban
ni esa luz que borraba tantas sombras
cuando la noche en ella me encerraba.
(coda)
La dicha y el dolor,
dos viejos barrios...
Yo fui vecino de esas dos barriadas.