Un avión en la niebla ha perdido la senda del viejo país.
Los dragones de piedra bostezan su hastío. Los dioses no están.
La aventura del mundo es un beso traído del fondo del mar.
¡Con sus ojos humanos, siguiendo a una estrella, solloza el delfín!...
¡Fuimos dos!...
¡Quién sabe para qué!...
¡La aventura del sol,
la locura del riel!...
Fuimos dos
llagándonos los pies;
desesperándonos,
durmiendo en un andén...
¿Estarás?
Tal vez yo buscaré
la aventura fugaz,
la seda de otra piel...
¿Volverás?
Yo sé que volveré
con un timón de sal
y un barco de papel...
Me esperaste a cenar,
también yo te esperé.
Sobre el mantel del alba
tenés servido el té...
(coda)
¡Tenés servido el té!...
¡Tenés servido el té!...