Ayer, pasado mañana.
Digo quizás para no decir
ni sí ni no, ni fuego ni bandera,
ni te mato ni me muero,
ni siquiera.
Tal vez el siglo que viene*
te cantaré la canción que nunca terminé,
ni llueve ni ternura, ni te debo ni me debes,
ni me curas.
Lejos de ti
las pesadillas se parecen a los sueños,
los que perdí.**
Ayer, pasado mañana.