Torre de Babel
Como un perro que lame
o ladra sin motivo,
como una carta urgente
sin dirección ni sobre,
temprano descubrí
que todos los caminos
que yo elegí desembocaban en la torre
de Babel.
La luna choca contra la pared.
Quiero decir que anduve
lo mismo que cualquiera
en busca de unas manos
que en mitad de la noche,
entre tantos idiomas
el mío comprendieran
por los teléfonos de la torre
de Babel.
En el acuario se deprime un pez.
Laberinto de espejos
callejón sin salida
donde baila el azar
su negro minué
cada vez que la bolsa
sube, baja la vida,
cada vez duele más
la herida de mi piel.
Algún dios aburrido
ideó esta manera
de querer escapar
pero cómo y a dónde
algún diablo alcohólico
hizo que me perdiera
por los túneles de la torre
de Babel
el trapecista empeñó su red.
Barrio Chino del mundo,
bulevar de Sodoma
por qué nadie me dijo:
"chaval escápate".
No hay billete de vuelta
una vez que se toma
el tren que lleva al apeadero
de Babel.
Todavía queda un viejo
guitarrista que cuenta
a los chicos del barrio
que algunas noches ve
estrellas cancerosas
desde el piso cuarenta
de una colmena de la torre
de Babel.
Del cementerio se escapó un ciprés.