(Para las niñas Amaranta
y Paloma de su papá que mucho las quiere,)
Despierta niño mío que viene el aire.
Que te espera la luna que se hace tarde.
Cuando plata el rocío es oro el monte.
Entre zarza y espinos el sol se esconde.
Nana, nanita, nana. Nana que al alba se rompe:
¡Cómo levanta el día entrañas mías los ruiseñores!