Dormido entre rosas y encajes de hilo,
soñando en los lirios que vienen del Sur,
buscando en la noche los claveles fríos
del amor prohibido vive el andaluz.
Sombrero en los ojos pañuelo esmeralda,
fuego en las pestañas ¡menudo valor!
Quedó en el olvido tal vez las razones
aquél pasodoble que en Madrid cantó,
Cuentan que en las noches de luna de mayo
entre lo malvado de la oscuridad,
se pinta los ojos, se muerde los labios
y abanico en mano se pone a cantar:
Ay rosa, Málaga bella, biznaga de mi pasión,
donde yo aprendí a querer donde conocí el amor.
Ay rosa, Málaga bella, biznaga del corazón.
¿De qué me sirve volver? ¿De qué me sirve volver?
Si el amor se marchitó.
Preguntan las rosas ¿por qué fue al exilio?
Preguntan los lirios ¿por qué no volvió?
Tan sólo la luna y el amargo vino
saben los motivos de su corazón.
Cuentan que por rojo, por republicano,
que andaba enredao con un militar,
cuatro señoritos de pistola en mano
sin voz lo dejaron en la madrugá.