Del reino de mi baño soy el rey,
del Soviet de mi casa, el camarada,
del Oeste de mi cuarto soy la ley,
un socio en River Plate,
un terco subidor en la bajada
y cuando vos no estás yo no soy nada.
Soy de esos que no cuentan hasta diez,
que cuenten los que temen ser sinceros.
Simétrico en el mundo del revés,
soy esto que aquí ves,
bastante maltratado, pero entero
y cuando vos no estás yo soy un cero.
Me caigo y me levanto en la batalla
y aguanto por no dar ni un solo paso para atrás,
me salvo de milagro cuando la ciudad estalla
y salgo a construirla una vez más
y siempre muero cuando vos no estás.
Cuando no estás nieva en enero, caen aguaceros en mi interior.
Cuando no estás todo lo bueno parece menos, quiebra esta voz.
Sube la radio, se hunde el deseo, calla el estadio, si no te veo, no creo en Dios.
Del reino de los mudos soy Gardel,
del casting, el primer eliminado,
en medio de la sombra soy aquel
que asciende por tu piel,
astuto y tiernamente despiadado
y cuando vos no estás soy un tarado.
Soy de esos que a la hora de perder
jamás le pasan cuentas al destino,
más bien quiero enfrentarlo para ver
si lo puedo torcer,
por no dejar ni un sueño en el camino
y cuando vos no estás yo me termino.
Me embarrro y me revuelco en la palabra,
buceo la canción para encallarla en tu compás,
la envuelvo en la pasión, la desenvuelvo con el alma,
para gritar con todos los demás
y siempre callo cuando vos no estás.
Cuando no estás, cierra el infierno,
conmigo adentro y no quiero abrir.
Cuando no estás, como me encuentro,
si en mi reflejo yo no me vi.
Vi un pobre diablo, vi un joven viejo,
sobre el espejo, cuando estás lejos, no creo en mi.