Acuéstate a mi lado en esta noche
en que la soledad ya nos hermana.
Acuéstate a mi lado en esta noche
para poder amanecer mañana.
No me entregues amor
si no lo sientes.
No me entregues
un cuerpo enajenado.
Entrega el corazón
por una noche,
tu calor, tu silencio, tu mirada.
No demores que el frío va calando
la pena que nos llega con el viento.
Huyamos de la calle que nos mata
como dos marginados de estos tiempos.
Yo no te ofreceré nuevos placeres
ni siquiera monedas que convencen.
Te ofrezco acompañar la madrugada
que yo creo que sientes y que siento.
Cuando al fin amanezca
y otros días, vengan a dar
la luz de un nuevo aliento
esta noche será cual sentimiento
que no he vuelto a sentir
en esta vida.