Ana era feminista,
su vida era un constante discurso.
Ni siquiera dormida abandonaba su militancia,
intenté librarla de un mundo...
que con ella siempre ha sido injusto.
Y aunque gritaba como una loca,
la estrangule con los alambres de colgar la ropa.
Marta es fría como un pez,
ella nunca tiene calor.
Sus ojos son color helado,
un desconocido color.
Nunca tuvimos un hijo,
se hubiera helado en su vientre.
Le dije: a veces me das frío...
y ahora vive con un esquimal.
Cristina no amaba la vida,
se pasaba el día dormida.
Tenia un mal despertar...
y yo vagaba de bar en bar.
Ha arruinado mi vida,
cansado de verla dormida...
abrí la llave del gas
y me largué de nuevo al bar.