Si crees que la calle cuidará de ti
te romperán el cráneo en la primera esquina.
Hay muchas navajas por ahí
y puede que alguna te raje a ti.
Pero yo sólo sé decir...
mis dos puños cuidan de mí.
Nada más llegar has insultado al matón,
¡uhhh... bestia, bestia!
¡Bestia, bestia!
Pero yo sólo sé decir
mis dos puños cuidan de mí.
Tu hermano pequeño, ese mamón,
ha asaltado un banco en el centro de Gijón,
no quiere ser pobre, no quiere ser rico,
si le das la bronca se queda dormido.
Porque ya ha aprendido a decir...
mis dos puños cuidan de mi.
Nada más llegar has insultado al matón
¡uhhh... bestia, bestia!
¡Bestia, bestia!
Pero yo sólo sé decir...
mis dos puños cuidan de mí.