Gabriel surgió de lo desconocido.
Hablaba como un ángel.
Tenía nombre de ángel.
Miraba como un maldito ángel.
Probablemente era un ángel.
A Gabriel le gustaba la mentira.
La verdad tiene límites, la mentira no.
A Gabriel le gustaba acortar vidas.
La vida puede ser incalculablemente insana.
¡Paso al ángel, aquí llega el ángel!
Le han visto brillar en la oscuridad.
Gabriel probablemente se inventó a si mismo.
No tenía edad, no tenía pasado.
Le gustaba estar cerca del cielo;
vivía en un piso en la planta veintiocho.
Lo detuvieron sólo por practicar
el natural vagabundeo de un ser sobre la tierra.
Le acusaron de doce delitos distintos.
Pero era un ángel, seguro que era un ángel.
Gabriel estaba inmerso en algún asunto oscuro.
Buscaba una cosa. Se encontró con otra.
Tal como llegó ha desaparecido.
Algunos dicen que está en el fondo del río.