Que desgraciaíto fuiste
ay barrio de Santa María
un barrio con tanta gracia
ay qué de bombas tu recibiste.
Que con la luz del cigarro
yo vi el molino,
se me apagó el cigarro
perdí el camino.
Aunque pongan en tu puerta
cañones de artillería,
tengo que pasar por esto
aunque me cueste la vida.
Una tórtola canta
en un almendro,
y en su cante decía
viva mi dueño.
***