Una noche fragante de estío
perfumada de cielo y jazmín,
cuando sientas cansancio y hastío
vendrás nuevamente,
por viejos caminos.
Esa noche encantada de ensueño,
cuando lloren las rosas de amor,
no habrá duendes que maten los sueños
ni habrá corazones que digan adiós.
Vendrás por la senda primera,
manojos de celos en flor,
trayendo en un poco de cielo
la luna hecha moño
de plata en tu pelo.
Vendrás por la senda primera,
mi nido tendrá más calor,
la noche tendrá más aroma
y habrá un ramillete de estrellas
que asoman en mi corazón.