Lo cierto es que todo se mueve,
con cierta desorientación.
El día que trates pasando de serlo,
ese día con vos también se murió.
Cada paso que me alejo tengo que saber,
que el tiempo que me lleva no es para volver.
Los sobrevivientes en este planeta,
tan sólo un instante, la vida es hoy.
Pero hay enfrente tanto camino,
y lo cierto es que todo se desorientó.
Las coordenadas no tienen sentido,
tampoco la hora que da el reloj.
En cuanto estoy cerca del sueño divino,
no va y se activa el despertador.
Cada paso que me alejo tengo que saber,
que el tiempo que me lleva, no es para volver.
El radar que apunta la mente siniestra,
hacia el satélite del amor.
Y toda la cuenta trayendo pendiente,
Desde que lo cierto se desorientó.
Y cuando estoy frente al mundo despierto,
la brújula marca otra dirección.
Ahí adelante hay un nuevo desvío,
para el desafío de mi situación.
Cada paso que me alejo tengo que saber,
que en el tiempo que me lleva,
no es para volver.
Y si un día como caminante,
No quiero perderme, entonces quién soy.
Habré de ubicarme seguro cantando.
Este, el blues de desorientación.
Cada paso que me alejo tengo que saber,
que el tiempo que me lleva, nena,
no es para volver.
(Gracias a Ignacio Lupiz por esta letra)