No puedo obligarte a que me quieras
Sabe Dios que no puedo dejar de quererte
La espina del dolor rasga mi pecho
Sé que no te alejará la niebla de los días
No hay un solo motivo por el que quiera olvidarte
Seré, sin molestarte, sin que sepas de mí
Gozne que hará girar la puerta de tu sueño
Sé que no me olvidarás
Sé que no te olvidaré en la niebla de los días
Seré, sin que sepas de mí
Seré lo que yo quiera ser
El deseo en los besos que des
Seré lo que tú quieras ser
Seré. Sin que sepas de mí
El guante que cubra tu mano
La mano que arañe tu espalda
Alfanje a tu cuerpo ceñido
Seré en tus labios su fina curva
A tu hoguera de pavesas llego y soy bien recibido
Bebe y llénate la copa que te ofrezco siendo otro
No te guardo rencor porque hayas abandonado
Sé que no te alejarás. Sé que no te alejarás
Vives tras tu muralla
Seré, sin que sepas de mí
Seré lo que yo quiera ser
El deseo en los besos que des
Seré lo que tú quieras ser
Seré. Sin que sepas de mí
El guante que cubra tu mano
La mano que arañe tu espalda
Alfanje a tu cuerpo ceñido
Seré en tus labios su fina curva
Seré trino irisado de jade
Nazarí, palabra de poeta
Alfanje bruñido en siglos
Blanco de lirios. Aljibe y agua