Mirábamos de pie
por la ventana al sol,
al cielo, las nubes y a Dios.
Sabía yo creer
el cuento sin razón,
al hada, la bruja y a vos.
Sabía correr, podía reír,
y creo también que era feliz.
La escuela estaba ahí,
esperando por mí,
el patio, mi banco marrón.
Todo estaba muy bien,
si sabía la lección
de historia, de inglés o de amor.
Siempre fue igual mi profesor,
siempre tuvo él la razón.
Un día descubrí
que empezaba a crecer
reí, lloré y creí.
De pronto fui un varón
que no tenía mujer
y quise poderla conseguir.
Qué tonto fui, se rió de mí.
Y ¿Qué iba a hacer? Me reí también.
Y ahora miro atrás un poco
y hace tanto que pasó,
y todo lo que yo amaba
ya no es mío y se escapó.
Y ahora estoy tan confundido,
niebla y humo alrededor.
¿Dónde está el sol?
¿Dónde está Dios?
Dime, ¿Quién me lo robó?
Y vuelvo a caminar
y empiezo a recordar
mi casa, mi padre y Jesús.
Y tengo que elegir,
y es tiempo de partir,
mi vida, mi amor y mi luz.
No sé muy bien qué voy a hacer,
quiero mi fe, quiero creer.
Y ahora miro atrás un poco
y hace tanto que pasó,
y todo lo que yo amaba
ya no es mío y se escapó.
Y ahora estoy tan confundido,
niebla y humo alrededor.
¿Dónde está el sol?
¿Dónde está Dios?
Dime, ¿Quién me lo robó?
No sé muy bien qué voy a hacer,
quiero mi fe, quiero creer.