Simael, enciende la llama de la pasión fanática, cabalga con un grupo numeroso, de gente iracunda, en busca de los caballeros astrólogos a quienes acusa de herejía y se encuentra con Cirdán.
Persecución de fe,
buscando los resquicios de iracundas fantasías.
Estar en pos de la gloria y las pasiones épicas.
En esta intensa correría de nobleza y muchedumbre.
Persecución de sueños.
Cortando de raíz la magia y el honor,
rompiendo el equilibrio astral en cada paso dado.
Hay que derrocar a la herejía,
hay destruir los siete aceros
del error y el sacrilegio.