Cuidado Comendador
con la ballesta en la mano.
Frondoso que era un villano
se ha vuelto todo un señor.
No es la naturaleza
del hombre, la mansedumbre,
es apenas el herrumbre
de que lo cubre pobreza.
Y basta con que despierte
una mañana cualquiera
y el manso se vuelve fiera
y el débil se vuelve fuerte.
Y verán con qué premura
deja en el campo la azada
y aprende que con la espada
mejor sus males conjura.
Que se truecan en un día
los aperos de labranza
por la pica y por la lanza,
la humildad por la osadía.
Cuidado Comendador...
Pues basta que un hombre entienda
que para seguir viviendo
y seguir un hombre siendo
es fatal que se defienda.
Es triste pero es preciso
tener un arma en la mano
para ser su soberano
y no un esclavo sumiso.
Cuidado Comendador...