Como un abanicar de pavos reales
en el jardín azul de tu extravío,
con trémulas angustias musicales
se asoma en tus pupilas el hastío.
Es que quieren volver tus amores
de ayer a inquietarte
y me pueden robar el divino
pensar de adorarte.
Es que quieres sufrir
y volver a vivir tus desvelos,
o es que matan tu amor
poco a poco el dolor y los celos.
Has perdido la fe
y te has vuelto medrosa y cobarde;
el hastío es pavo real
que se aburre de luz en la tarde.
Si una vez se asomó
que no vuelva a tener la osadía
de manchar la esmeralda de tus ojos
vida mía.