Divina claridad la de tus ojos
diáfanas como gotas de cristal
uvas qué se humedecen con sollozos
sangre y sonrisas juntas al mirar
sangre y sonrisas juntas al mirar.
Por que te hizo el destino pecadora
si no sabes vender el corazón
por qué pretende odiarte quien te adora,
por qué vuelve a quererte quien te odió.
Si cada noche tuya es una aurora
si cada nueva lágrima es un sol
por qué te hizo el destino pecadora
si no sabes vender el corazón.