Bajo la lluvia y bajo el Sol,
la margarita dijo no.
Bajo la lluvia y bajo el Sol,
la margarita dijo no.
Bajo la lluvia y bajo el Sol,
bellos e inmóviles los dos
se prometieron no crecer.
No sé por qué, me convenció.
Hace tanto de aquello...
Bajó la Luna y le habló:
para volver, la condición
es que hay que transformarse en ola
y no dejar tu orilla sola,
ni siquiera un momento.
Pero les pudo la ambición:
él quiso acariciar la Luna;
ella, ser rosa y amapola.
Y esperando visita,
deshojé margaritas.
Pasaron los años y ella se marchitó
deshojando fantasías
El niño se hizo mayor.
No han vuelto a verse en la vida.
La margarita dijo no.
La margarita dijo no.
Pasaron los años y ella se marchitó
deshojando fantasías
El niño se hizo mayor.
No han vuelto a verse en la vida.
La margarita dijo no.
La margarita dijo no.
Bajo la lluvia y bajo el Sol,
la margarita dijo no.
Bajo la lluvia y bajo el Sol,
la margarita dijo no.
Si bajas, Luna, escúchame, escucha tú esta vez:
Para volver, la condición
es que aprendamos a crecer,
sin que caduque la pasión,
aunque no me arrepiento.
Sin que nos gane la ambición.
Yo quise acariciar la Luna
y ella, ser rosa y amapola.
Y, esperando visita, otra vez,
Deshojó margaritas.
Pasaron los años y ella se marchitó
deshojando fantasías
El niño se hizo mayor.
No han vuelto a verse en la vida.
La margarita dijo no.
La margarita dijo no.
Pasaron los años y ella se marchitó
deshojando fantasías
El niño se hizo mayor.
No han vuelto a verse en la vida.
La margarita dijo no.
La margarita dijo no.
Bajo la lluvia y bajo el Sol,
la margarita dijo no.
Bajo la lluvia y bajo el Sol,
la margarita dijo no.
Qué extraño es esto del amor,
¿por qué preguntan a una flor?
Bajo la lluvia y bajo el Sol,
la margarita dijo no.