Delirando por la ciudad vieja
había una vieja medio muerta
acostada en el zaguán.
Vi que me miraba y su mirada
trastornada, trastornaba
lo que había en el lugar.
Vi que no podía dejar
de mirar a la vieja
que estaba acostada en el zaguán.
Comprobé que no sabía
si era yo realmente
el que miraba a la vieja del zaguán.
O si era la vieja
que era yo que me miraba
acostado en el zaguán.
Empecé a sentir en mis
riñones el dolor
los escalones duros del zaguán.
Vi que mi persona frente a mi
estaba parada, me encontré
acostado en el zaguán.
Vi que en vez de hablar
yo balbuceaba estupideces
vi que de la cabeza andaba mal.
Vi que el que era yo
se daba vuelta y me dejaba
transformado en la vieja del zaguán.