La tinta verde del amanecer
se ha puesto a revisar fotografías.
La ciudad se pregunta quién va a ser
el voluntario de las utopías.
Nuestra consigna hoy es resistir
colocados delante de los focos,
expertos en vivir
la nave de los locos.
Vulnerables de amor y de ilusiones,
después de tantas cosas aquí estamos.
Herederos de todas las canciones
que faltan por cantar. Somos los amos
de la mejor poesía callejera.
Corazones sencillos o barrocos,
aquí cabe cualquiera,
la nave de los locos.
Aquí estamos después de tantos ríos,
en las esquinas de la despedida,
las luces en los bares más tardíos,
las noches en la boca más vivida.
No te expliques, no digas lo que haces,
no pienses si son muchos o son pocos,
con guerras y con paces,
la nave de los locos.