No, no, no, no, no, no, no, no,
no digas más, no digas más.
No, no, no, no, no, no, no, no,
no llores más, no llores más.
No, no, no, no, no, no, no, no,
que no soy yo por quien llorar.
No, no, no, no, no, no, no, no,
me dormiré, me dormiré.
Las botas en el suelo esperan ya.
No, no, no, no, no, no, no, no,
seis horas para amanecer.
No, no, no, no, no, no, no, no,
acuéstate, que yo ahora iré.
Tendrás después del alba que amar sin mí.
Tratando de no pensar,
tragándome la verdad,
seis horas para marchar,
mirándote una vez más.
No, no, no, no, no, no, no, no,
la brisa aquí no huele igual.
No, no, no, no, no, no, no, no,
no hay nadie aquí, quien abrazar.
El miedo vive dentro del pantalón.
Rozando la eternidad
en vuelos a ras del mar,
negando la realidad
para poderlo contar.
Rozando la eternidad
en vuelos a ras del mar,
abejas cerca de aquí
están tirando a matar.