Desde aquí hasta el infinito,
cuéntame todo desde el principio.
Envuelto en tu saco vitelino,
te acurrucabas haciéndote el niño.
Tal vez escuchaste nuestros latidos,
les diste sentido y algún sitio
donde poder caer rendidos.
La inquietud nos abrió el camino,
tu virtud fue contando siglos.
Yo te esperaba blandiendo una almohada,
tú te escondías bajo la cama,
dime si al escuchar nuestros latidos
les diste sentido y algún sitio
donde poder caer rendidos.
Desde aquí hasta el infinito ...