Alma que vas huyendo de ti misma,
¿Qué buscas, insensata, em las demás?
Si em ti secó la fuente del consuelo,
Secas todas las fuentes has de hablar.
¡Que hay en el cielo estrellas todavía,
Y hay en la tierra flores perfumadas!
¡Sí!... Mas no son ya aquellas
Que tú amaste y te amaron, desdichada.