Niña, inevitable
me arrastra tu peligro.
India, que en patagonias gitanas
gobernás...
Duque, caí en tus tierras
huyendo (una vez más).
Trepé tus dunas y así,
lento, me entregué.
Y corrí por tus desiertos
en la cadencia de tu amor.
Respiré alientos nuevos
y en tu prisión condené.
Dudas, ojos-espadas
clavados en tus montes.
Reina, quise tu mundo ajeno conocer...
Niña, atardeceres
huyendo de tus tropas.
"...Tu error fué dejarme entrar,
el mío no salir..."