La recompensa de un alma fria
Cruel destino el del amigo
Que sin suspiro cae al vacio
Un pobre sueldo
Para quien vende su salvación
Un pobre sueldo
Para quien condena a su salvador
Conciencia incierta
Los ojos tiemblan sin cesar
La boca muda
Busca excusas de charlatán
Yo soy la envidia, madre de males
Yo te empujé. Me diste todo
Tantas bondades no soporté
Remordimientos
Devoran mi alma sin compasión
Nadie me mira
Me llaman Judas el traidor
Mi alma pesa
Mi porvenir desolador
Tu me advertiste
¿Por qué fui yo a quien le tocó?
Son tus cadenas
Las que deniegan el perdón
Tú sí me miras
Porque conoces el error
La soga se estira
Comprime el gemido
Me siento vacío
Cerca de Dios
Sus ojos el castigo
El ceño fruncido
Amargo el sentido
A Dios le pido que esto acaba de de una vez
Porque me rindo no necesita de su red
Yo soy un esclavo abandonado a su merced
Un pobre esclavo abandonado a su merced