Yace entre sacras leyes
De sumisión y amor ingente
Su cuerpo aón permanece indemne
Y su pasión a flor de piel.
La halló oculta en la niebla
El rocío cubra su frente
En sus ojos-lágrimas secas
y en sus labrios-néctar de amor.
Sólo su nombre recordó
Toda su vida él la amó
Y ahora en la ausencia de su calor
Su dolor por siempre durará.
Partiá entre aguas negras
Bajo la luz de miles de estrellas
Sólo las rocas fueron testigos
Cuando el mar sino dictó.
Oigo el silbido del viento
Mueren las olas en cayos
Y ahora en la aurora de un nuevo sol
La brisa su aroma exhalará.