Hay algo más sublime que todo lo sublime,
más suave que el arrullo, más bello que la flor.
Hay algo que de todas las culpas me redime
poniendo en mi existencia su amante bendición.
Es algo con sutiles ternuras de caricias,
con magias de esperanza, de paz y de bondad.
Y ese algo esta en el gesto que pinta la sonrisa
serena y siempre dulce, sonrisa de mamá.
Sonrisa milagrosa, que es bálsamo en la vida,
lo mismo en horas buenas que en las de adversidad.
A veces empañada por la melancolía,
mas siempre bondadosa, amante y maternal.
Compendio santo y bueno de toda la armonía,
de todos los encantos, de toda la emoción,
de toda la ternura que el alma nunca olvida,
porque es la milagrosa sonrisa de mamá.
Cuando me siento triste, por cosas de la vida,
y el torvo desaliento me ronda el corazón,
pensando en el milagro de amor de tu sonrisa
se me hace, madrecita, más bueno mi dolor.
Milagro inigualable de inspiración divina
que, al darme tu sonrisa, me dio su don mejor,
sonríe como siempre, sonríe madre mía,
con tu sonrisa dulce que es paz y bendición.