Cuando la tarde bajaba
por el río San Lorenzo
su ausencia le puso luto
al sentimiento del pueblo
El aire estaba dolido
y el camino polvoriento
mientras los sauces del bajo
lloraban por su silencio
Entierro de Jaime Dávalos
a la sombra de los ceibos
con aroma de Diciembre
a yerba buena y poleo
Cuando la tarde bajaba
por el río San Lorenzo
En la fosa del barranco
dejamos su cuerpo yerto
para que así vuelva un día
a florecer desde adentro
Le despidieron entonces
respetuosos los sombreros
los mujidos de los toros
y el volar de los pañuelos